martes, 16 de diciembre de 2008

EN POS


Estoy en pos de librarme de todos mis miedos irracionales que involucren a la razón y de todos los miedos racionales que sean sinrazón.

jueves, 11 de diciembre de 2008

EDILICIO

Se construyen edificios como casitas de cartas, pero con almidón. No saben que de todos modos el lobo los puede soplar y los chanchitos van a tener que salir corriendo, una vez más.

viernes, 5 de diciembre de 2008

LET´S FALL IN LOVE

¡Vamos a caer en amor!...pero... ¿Por qué?...porque es divertido.

DE MIRNA Y NORMA

- ¡Miiiiiiiiiiiir!
- ¡Noooooooor!
- ¡Esperame ahí, así bajamos juntas!
- Bueno, pero apurate que me llama el viento y voy.
- Sí, es que de este lado me quiere devolver al camino.
- No te quejés, es un esfuercito nomás…si te parás llegás más rápido, pero con el corazon en la boca viste.
- Prefiero bajarme y llevarla a pie.
- Bueno, como quieras, pero metele que me esta agarrando frío.

...
- ¿Qué se ve del otro lado?
- La cuesta abajo, qué va a ser.
- ¿Te das cuenta que hicimos todo el sendero cuesta arriba sólo para hacer la cuesta abajo y volver al mismo lugar?
- ¡Sí, pero quién te quita lo bailado!

- ¡Ey! Ya no es necesario que grites, ya llegué.
- ¡Ah! ¡Me asustaste! Y Yo gritando como si estuvieras lejos todavía…
- Sí, viste, eso pasa, llamás a los gritos algo que ya tenés cerca y ni te diste cuenta…
- Por gritar…
- Sí, por gritar.

- ¿Bajamos?
- ¡Miiiiiiiiiiiiiiiir!
- ¡Noooooooor!
- ¿Queeeeeeé?
- ¡Se me salió la cadenaaaa!
- ¡No te preocupes, que más abajo del suelo no vas a ii
iir!

martes, 2 de diciembre de 2008

Elena


Una habitación amplia. Sus altos techos hacen que el aire se enfríe, porque no tiene la necesidad de tocarse. En las paredes, la pintura esta ajada y en algunos lugares ya ha desistido a permanecer unida al revoque, puesto que falta el calor que expanda la materia. Esas paredes fueron blancas. Fueron luz. Fueron. Y ahora son porque no les queda otra. Al fondo, reposa, encastrado por siempre y para siempre en la pared, el hogar. Este hogar supo tener leña, ahora sólo sabe de cenizas, restos de lo que alguna vez tuvo vida. El piso, que supo de tacos y smoking, supo también de gotas de coñac derramadas con asombro por un brusco movimiento del caballero que alguna vez tomó a Elena por la cintura (Elena supo tener cintura) con su brazo fuerte y que, posando sus labios secos de fumador la besó con tal pasión que a Elena (que supo tener labios suaves como la seda china, los cuales pintaba color flor de ceibo) le transpiraron las puntas de los pies.
Justo en el punto por donde todas las líneas se rozarían, si decidiéramos que el piso fuese un asterisco, hay una mecedora. Pero no esperemos encontrar aquí a Elena, tejiendo gorros a crochet con minúsculos lentes sobre su tabique. No. Porque Elena supo. Y así como supo, nunca dejará de saber. Entonces Elena baila. Y ríe a carcajadas, y su risa hace eco en las displicentes paredes y pareciera que mil Elenas ríen con Elena. Y Elena pasa el dedo por las gotas de coñac, y se chupa el dedo ennegrecido por el polvo y guiña el ojo izquierdo con una sonrisa picara y el caballero le devuelve la sonrisa. Y con desmesurado frenesí ella se revuelca por el piso abrazando esa porción de moléculas que ya no están frías porque ella las rodeó y las puso todas apretadas, todas las unas sobre las otras, sudando.
Elena está sola, pero bien acompañada.

lunes, 1 de diciembre de 2008

LOS PUNTOS (VIAJAN EN SUBTE)

Dos puntos. Dos cuerpos. Dos personas. Cuatro ojos. Se miran. Se encuentran. Se desencuentran. Se vuelven a buscar. Estás. Estoy. Entonces dos ojos hacen de cuenta que la delicada hebra de hilo que los une a esos otros dos ojos se corta por un instante. Pero vuelve. Y aquellos otros ojos inquietos allí están. Y se funden unos en otros como profundas prolongaciones que penetran en sendas pupilas, sendas personas, sendos cuerpos, sendos puntos.
Muchos puntos. Dos que se encuentran.

PERO

“Para mí, un whisky doble con un poco de humor, por favor”

Y eso que ni siquiera me gusta el whisky, claro que mezclándolo con una pizca de humor, contrarrestaría el efecto depresor del whisky, pero, ¿para qué tomar whisky si luego inmediatamente querría contrarrestar su efecto? Claro, a todos nos gusta regodearnos en nuestro dolor para luego intentar erradicarlo con la distracción. Pero, ¿el dolor se va? ¿El humor realmente nos ofrece una solución? ¿Por qué regodearnos? ¿Por qué? ¿Para quién? Es esa necesidad de llamar la atención y de llamarnos la atención. Pero no es la manera. ¿Puede uno valerse a uno mismo por uno mismo? (es decir, valorarse) ¿Por qué contarle todo a los demás? ¿Eso es mucho, o poco ego? Qué difícil es regalarse buenos momentos, ja, y se supone que uno mismo sería la persona con la que mejor se llevaría uno.

Autoagasajo personal continuo y permanente.