Dos puntos. Dos cuerpos. Dos personas. Cuatro ojos. Se miran. Se encuentran. Se desencuentran. Se vuelven a buscar. Estás. Estoy. Entonces dos ojos hacen de cuenta que la delicada hebra de hilo que los une a esos otros dos ojos se corta por un instante. Pero vuelve. Y aquellos otros ojos inquietos allí están. Y se funden unos en otros como profundas prolongaciones que penetran en sendas pupilas, sendas personas, sendos cuerpos, sendos puntos.
Muchos puntos. Dos que se encuentran.
2 comentarios:
No se si diré una sensatez, y más si es la primera, y más en mi estado no hábil del día hábil. Pero quiero decir esto: Siempre son dos puntos y cuando se encuentran, ahi reside la gracia de los puntos. de los dos puntos.
viste que los dos puntos nos preparan siempre para algo fundamental? Bueno: esta no es la excepción a la regla.
besotes genia.
Lo segundo que diré, más sensato, pero sin dudas más ñoño. Te agregué a mi listado de blogs amigos.
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